El juego peligroso
EL JUEGO PELIGROSO
Un día, Pepito se escapó de casa para ir a jugar al fútbol con sus amigos. Pepito era portero, así que se estiraba todo lo que podía para pararse el balón. En una de esas ocasiones, al tirarse, se encontró un móvil tirado al lado de un árbol. Él llamó a sus amigos para que lo vieran. Era un dispositivo de última generación. Lo encendieron y se metieron en un juego. Al abrirlo salió un mensaje diciendo pero ellos no le hicieron caso. El juego pedía nombre y apellidos, dirección y cuenta bancaria. Como él no tenía cuenta, puso la de sus padres. Jugaron una partida cada uno y se fueron, pero fue Pepito quién se llevó el móvil. Decidió no contárselo a sus padres por si se lo quitaban.
Al día siguiente, sus padres estaban muy preocupados. Pepito preguntó que qué estaba pasando y sus padres le respondieron que alguien les estaba quitando el dinero de su cuenta y Pepito se estremeció. Al ir al colegio, un hombre encapuchado lo cogió sin que él pudiera hacer nada. El hombre se lo llevó a una casa a las afueras. Allí, el hombre ató al niño con una cuerda contra la pared. Cuando el hombre se alejó, Pepito vio un ordenador en el cuál ponía . Pepito intentó escaparse con éxito. Cogió el ordenador, se lo escondió tras la camiseta y se escabulló por un hueco en la pared. Se lo conto todo a sus padres y les contó su sospecha de que el hombre había dejado el móvil aposta en el parque y los padres de Pepito consiguieron recuperar su dinero a punto de perderse.
Al día siguiente, este acontecimiento se publicó por las noticias. En el colegio, a Pepito lo trataban como un héroe que consiguió escapar de un malvado villano.
Para Pepito esta experiencia mejor que no hubiera pasado, pero le ha servido para aprender que las redes sociales no son un juego y que hay que tener cuidado.
FIN