El respeto mutuo nos ayudará
Leire está muy contenta por qué le han comprado un nuevo teléfono. Está deseando que sus amigos vean su teléfono. A todos les parece impresionante salvo a Jaime. Jaime le avisa a Leire de los muchos problemas que puede tener un teléfono, pero Leire le ignora. Pasan los días y Leire no se separa de su teléfono.
Un día Marcos y María le dicen a Leire que debería estar menos tiempo con su teléfono. Leire harta de los comentarios de sus amigos se va a su casa entre sollozos. Ella le pregunta a su madre que opina sobre lo del teléfono. Su madre le dice que le parece bien que tenga teléfono, pero solo si lo utiliza para cosas importantes, como para hacer trabajos digitales. Al día siguiente, Leire se disculpa con sus amigos.
Un día quedan para hacer un trabajo sobre la población en España, y lo que más sorprende a los amigos de Leire es que ella no trae su teléfono. Pasan los días y a Leire no se le vuelve a ver con su teléfono. Los amigos de Leire están muy contentos por qué su amiga ya no está pendiente de los mensajes que le mandan o de los likes que le dan en sus fotos.
Pasado un tiempo, a esto de a las 23:30 de la noche le hacen una llamada a Leire, y ella contesta. Leire espera que le contesten, pasan los minutos, y nada, hasta que por fin contesta alguien, pero Leire solo consigue escuchar un largo “Ahhhhhhhhhhhhhhh”. Leire, asustada va a la habitación de sus padres a contarles lo que ha pasado. Sus padres le dicen que mantenga la calma que será una broma. Pero ese mismo número llama al día siguiente, y al otro, y al siguiente. Leire harta de que la llamen todos los días decide deshacerse de su teléfono, y lo resetea. Pronto, muchos más niños de su clase tienen teléfono y cuando Leire mira los teléfonos de sus amigos, se acuerda de la increíble experiencia que tuvo con su teléfono. Así es como Leire aprendió a utilizar con precaución las nuevas tecnologías.