Veinte euros al día, una mochila a la espalda y una cámara en la mano es todo lo que necesitamos para recorrer el mundo. Por lo menos, hasta ahora no hemos requerido nada más para conquistar 25 países en apenas ocho meses viajando. ¿Aviones? Sólo si es necesario. ¿Hoteles? Ninguno. ¿Organización? La mínima posible. Cuando viajas con poco, vives mucho.

Porque hay un día en el que te das cuenta de que todo colchón es una buena cama, de que cualquier cosa que se mueva es un buen método de transporte y que con un lápiz y una sonrisa se puede llegar a cualquier lugar del mundo. Eso sí, si podemos elegir, la taza de váter mejor si está limpia.

Sobre esta filosofía se apoya Nada Incluido, un blog de viajes de origen maño pero de vocación internacional que actualmente concentra más de 35000 visitantes mensuales provenientes de todos los lugares del mundo.