Hipnotizada por Internet
¡Hola!, pensaba que era la única en casa, bueno, ¿qué tal?
– Bien, ¿y tú?
– Genial, un momento, ahora vuelvo Nicolás.
Hola chicos, perdonadme no me he podido presentar me llamo Lydia y soy de España-Madrid y estoy pero que muy contenta porque me han comprado un portátil nuevo.
– ¡Mamá, me puedes dar ya el portátil?
– Sí, anda baja.
Lydia bajó corriendo como una loca y se paró en la cocina. Miró el portátil y dijo:
– Me encanta
El portátil de Lydia era rosa chicle y con dibujitos de películas.
– ¡Hala!,¿de quién es? -pregunto Nicolás
– ¡Mío! - dijo la chica orgullosa
– Qué suerte, ¿no? Menos mal que yo tengo mi móvil que si no...
– Nico no todo son pantallas, hay cosas que son más interesantes que eso.
– Lo siento mama.
Al día siguiente Lydia se despertó pronto ya que su padre trabajaba por la tarde.
– Buenos días.
– Buenos días. -dijeron sus padres
– ¿Lydia, has probado ya el portátil?
– No, ¿porque?
– Porque está hecho con un software del trabajo, y desgraciadamente está fallando.
– Vale
Con esas palabras Lydia subió las escaleras y abrió el portátil y se sorprendió al ver que había un enmascarado en la pantalla.
– Buenos días humana. -dijo fríamente el encapuchado
– ¿Humana?, pero si tú eres una persona, ¿no?
– Ja, ya quisiera yo. Yo soy un alienígena. - y se desenmascaro.
– Y vengo a hipnotizarte.
Y en un abrir y cerrar de ojos Lydia fue hipnotizada por el parecer por un saco de babas.
– Bueno niña vas a ayudarme a conseguir toda la información del software de tu padre y deberás comportarte como una humana.
– Sí, saco de babas
Lydia bajo y con su mejor cara de no haber sido hipnotizada dijo.
– ¿Papá, puedo ir contigo al trabajo?
– Emm, sí claro.
Los dos subieron al coche y en unos 20 minutos aparecieron en el trabajo de su padre.
Lydia siguiendo las órdenes del saco de babas, hackeo todos los ordenadores y por desgracia también hipnotizó a su padre.
Con suerte Nicolás se dio cuenta y le cogió el portátil a su hermana.
– Bueno ese saco de babas se va a enterar. - dijo el chico ya que no era la primera vez.
Cogió el portátil y dijo:
– ¡A Iris el planeta arcoíris!
Apareció en un mundo multicolor y fue a buscar a buscar la casa de su viejo enemigo.
– Aquí es.
Entró, cogió el portátil del saco de babas y lo hackeo, abrió la puerta con un clip y se fue a su casa.
– A casa.
Y apareció en el salón donde Lydia y su padre estaban en el suelo.
– Chicos, ¿estáis bien?
– Eh, creo que sí, hijo.
– Lydia, eh… creo que ya sabes que no hay que estar mucho tiempo con el portátil, que ya sabes...
– Sí, creo que ya ni lo quiero.
– Jejeje...