Pablo y la ciberseguridad
Pablo estaba buscando trabajo pero no sabía en qué quería trabajar. Después de un tiempo, Pablo estaba desesperado, no sabía que hacer, así que fue a una página de trabajos y le dio a aleatorio. El primero que le salió fue una empresa llama "Espcar", una empresa de coches de segunda mano que no era muy conocida. Pablo mandó su currículum.
Después de una semana, le llegó un correo de la empresa. En el correo le decían que ser presentase en la Calle Amanecer a las once y media de la mañana. Pablo aceptó. Supuso que se trataba de una entrevista para que le aceptasen.
Al día siguiente se puso su mejor ropa y salió de casa. Tardaba diez minutos en coche, así que no había problema con el tiempo. Hubo un atasco que le retrasó un poco, por lo que llegó allí a las once y treinta y tres. Vio el cartel de Espcar y entró en el local. Había una sola persona, una persona mayor de sesenta años que parecía muy maja. Pero le echó una fuerte regañina por llegar tres minutos tarde. El señor se llamaba Luis Alberto y le acabó contratando.
Después de unos meses trabajando allí decidió poner fin en su travesía por este empleo. No trataban bien a los empleados y la empresa era un poco rara.
Gracias a Internet Pablo encontró un nuevo empleo. Pasó todo un año y el muchacho tenía un buen trabajo, tenía una buena posición y le pagaban muy bien.
Un día, estando en casa, recibió un e-mail. Era de un tal Luis Alberto. Al principio le costó un poco recordar a esta persona. En el mail había un enlace a una web, en la que decían que si se ingresaba el número de la tarjeta y la dirección iba a recibir un teléfono móvil de última generación. Pablo, sin pensárselo dos veces, escribió todos sus datos y espero el par de días en lo que la página aseguraba que le enviarían el móvil.
Dos días después, Pablo intentó acceder al ordenador, pero éste no quería funcionar. Le salí un mensaje que ponía que le habían hackeado. Había roto los derechos de Inernet.
Entonces Pablo llamó a su amigo el informático, que consiguió arreglar el ordenador y recuperar todos sus datos.
Como Pablo sabía que había sido Luis Alberto le denunció, pero aprendió una gran lección: NUNCA DES DATOS PERSONALES EN INTERNET.
Fin