Juego de obstáculos
Ángel cogió su móvil y decidió buscar un juego online en internet para pasar el rato. Sus padres estaban en una reunión y su abuela estaba durmiendo. Encontró un juego que le pareció interesante y decidió empezar a jugar. Cuando entró al juego, notó un cansancio tremendo y se quedó dormido. Al abrir los ojos echó una mirada a su alrededor ¡ Estaba dentro del juego! No sabía lo qué hacer y decidió explorar su entorno. Se encontró con dos personas y les intentó contar lo que pasó. Hola, me llamo Ángel, dijo un poco confundido. Estaba en mi casa y de la nada, aparecí aquí. No sé como volver a mi casa ¿ Sabéis cómo volver ?
Hola, soy Marta y él es Andrés, dijo la chica mientras le sonreía. A nosotros nos pasó lo mismo. Tal vez juntos podamos encontrar una manera de volver a nuestra casa. Este juego ¿De qué se trata? Porque tal vez tenga una idea, dijo Andrés. Es un juego de carreras con obstáculos, dijo Ángel. Pero ¿Eso qué importa? Tal vez tendremos que pasarnos todos los niveles y podremos salir, dijo Marta esperanzada.
Los tres amigos se dirigieron hacia el panel de niveles y calcaron el nivel uno. Todo parecía ser fácil y los tres se lo pasaron rápidamente. Así fue nivel por nivel, hasta llega al nivel 20, el último. Al llegar allí los amigos se quedaron paralizados. Llevaban armaduras y tenían espadas.
Qué está pasando, preguntó Ángel con cara de miedo ¿No se supone que es un juego de obstáculos? Tal vez esa cosa es un obstáculo, dijo Andrés señalando un gran monstruo delante de una puerta. Los amigos se dispusieron a atacarlo, espada con espada. Los amigos lograron vencer al monstruo. El monstruo cayó rendido y los amigos pasaron por la gran puerta. Al entrar por la puerta llegaron a una habitación completamente negra. Había ventanas que daban a la habitación de cada uno. Los amigos se miraron. Habían llegado al finla de su aventura. No se querían despedir. Se les hacía triste no volverse a ver.
No os preocupéis, dijo Marta abrazando a Ángel y a Andrés. Encontraremos una manera de comunicarnos otra vez, dijo Ándrés sonriéndoles. Los amigos se despidieron y cada uno se fue por su ventana. Al pasar por allí, Ángel notó como se iba durmiendo. Al abrir los ojos otra vez, Ángel se dio cuenta de que estaba otra vez en su habitación y al mirar su móvil se dio cuenta de que todo lo que pensaba que fue un sueño, era verdad. Tenía guardados en la lista de amigos a Andrés y a Marta. Ángel sonrió al darse cuenta de que había hecho nuevos amigos y habían vivido una aventura maravillosa que nunca olvidarán.