Cuida lo que descargas y con quien hablas
Había una vez…
Una niña que se metió a redes sociales siendo todavía muy pequeña.
Esta niña se llamaba Inés, sus familiares le llamaban la pequeña Inés.
Ella le pregunto a su madre si podía descargar Instagram, a lo que su madre le respondió que no, debido a que era muy pequeña y había cosas inapropiadas, ya que la pequeña Inés tenía apenas 7 años.
La pequeña Inés se lo descargó sin escuchar a su madre, se creó una cuenta llamada “Inés_pandita” y luego empezó a explorar.
Lo que la pequeña Inés no se esperaba era que un niño le hablara…
Este niño se llamaba “Axel.pro”. Se hicieron amigos “virtuales”, se platicaron sobre ellos (cuantos años tenían, donde vivían, como se llamaban, etc.)
Un gran error de Inés… Pues no sabía quién estaba realmente atrás de la pantalla.
Platicaron sobre conocerse y acordaron donde verse ese día, Inés sabía que su mamá no la dejaría entonces salió a escondidas… Acordaron en verse en la plaza San Pelona…
Ella desapareció. Al parecer el supuesto “Axel” era un secuestrador.
Milagrosamente ella escapó con la policía que mandó su mamá y la pequeña Inés regresó a casa y aprendió su lección, nunca volvió a hablar con extraños.